Dos productores sojeros y un
fumigador enfrentan penas de hasta 25 años por rociar campos con el
herbicida. Un pueblo con más de 200 casos de cáncer.
Por primera vez, el agrotóxico pilar de
la industria sojera se sentará en el banquillo. La Cámara 1ª del Crimen
de la capital cordobesa confirmó el juicio oral y público a los
productores Jorge Alberto Gabrielli y Francisco Rafael Parra junto a
Edgardo José Pancello, piloto de avión fumigador. ¿La acusación a cargo
del fiscal Carlos Matheu? Violar la Ley Nacional de Residuos Peligrosos,
que establece penas de 10 a 25 años para quien “envenenare, adulterare o
falsificare de un modo peligroso para la salud aguas potables o
sustancias alimenticias”. En conjunto, Gabrielli y Parra acumulan más de
400 hectáreas de soja a una distancia menor a 500 metros de Barrio
Ituzaingó, un poblado de 5 mil personas en la periferia de Córdoba
capital.
Según la querella, Gabrielli y Parra aplicaron durante varios años diez litros de glifosato por hectárea en cada campaña. No es el único químico involucrado: el insecticida Endosulfán también fue dectectado. Y para los vecinos de Ituzaingó, este juicio puede ser el comienzo del fin de un calvario.
Según la querella, Gabrielli y Parra aplicaron durante varios años diez litros de glifosato por hectárea en cada campaña. No es el único químico involucrado: el insecticida Endosulfán también fue dectectado. Y para los vecinos de Ituzaingó, este juicio puede ser el comienzo del fin de un calvario.