El dictador tiene menos apoyo. Su hijo había asegurada que el Ejército iba a permanecer de su lado, pero gran parte ya está junto a la revolución democrática. Temen que más de 300 mil personas abandonen el país en dirección a Italia, cuyo gobierno informó que los muertos superan los 1.000
El caos en Libia no cesa. Pese al discurso ayer de Muammar Khadafi, que creía que con sus palabras podía arengar a sus seguidores para que concreten el final de la revuelta, las protestas y los disturbios continúan.
El líder del régimen había asegurado que no iba a rendirse y que seguiría en el poder hasta la muerte, algo que no contentó a los activistas, que reclaman cambios de raíz y exigen más libertad.
A la violencia que se vive en las calles, tomadas por el pueblo y resistidas desde las fuerzas de seguridad, se suma la escasez de insumos primarios, como ser el pan. Son varias ya las denuncias de que para conseguir algo para comer deben hacerse colas que superan la hora de espera.
Aparejado a la falta de productos de primera calidad corre la falta de apoyo a Khadafi, en el poder ya por más de 40 años, durante los cuales reinaron la corrupción y el autoritarismo. El dictador ya no cuenta con el control de la zona este del país: la Cirenaica, con ciudades como Bengasi y Tobruk, ya están dominadas por los activistas que buscan lar reformas democráticas.
Encima, gran parte del Ejército le dio la espalda. Los oficiales de la zona de Al Yabal al Ajdar, en el noreste del país, han anunciado hoy que ya forman parte de la revolución del pueblo, en un video difundido por los canales de televisión árabes Al Yazira y Al Arabia.
"Nosotros los oficiales y los soldados de las fuerzas armadas en la dirección de la zona de Al Yabal al Ajdar anunciamos nuestra unión total a la revolución popular", dijo un portavoz militar de las Fuerzas Armadas libias en esa zona, cuyo nombre no ofrecen las cadenas.
El portavoz anunció, además, el compromiso de esos militares en trabajar para proteger la seguridad de las instalaciones públicas y privadas en la zona. Además, aseguró que las Fuerzas Armadas en Al Yabal al Ajdar, cuya capital es al Baida, están bajo el dominio del pueblo.
Y la comunidad internacional tampoco respalda al régimen: los Estados Unidos y de la Unión Europea entienden la represión del régimen como algo inaceptable. Además, ya comienzan a pensar en las consecuencias que la revuelta puede provocar para sus economías.
Desde Italia, el ministro de Asuntos Exteriores, Franco Frattini, teme que en se registre una oleada anómala migratoria de entre doscientas o trescientas mil personas hacia las costas de Europa.
Frattini hizo estas declaraciones en una entrevista que publica el diario italiano "Corriere della Sera", en la que señaló que una oleada de esa magnitud sería diez veces superior a la crisis registrada en 1997 con los refugiados llegados de Albania a las costas italianas.
Fuente: Infobae.com
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