sábado, 20 de noviembre de 2010

La escuela en la sociedad de la violencia


Por Ezequiel Filipuzzi
Esta semana quise darle una vuelta a nuestra columna, y a partir de varias noticias vistas en medios nacionales sobre alumnos baleados, golpeados ...o heridos, de maestros golpeados o golpeadores, de actos de vandalismo contra
 las instalaciones o el equipamiento de las escuelas, he decidido
escribir sobre un tema actual que poco lo vemos a nivel local, pero que
existe a nivel nacional. 
Silvina Gvirtz y Mariano Palamidessi, ambos doctores en educación, en uno de sus libros dicen que "Uno de los modos de relación social que aparecen en la escuela es la violencia", y viendo lo que pasa hoy en día, nadie lo discute. 
Agresiones, peleas, delitos; distintas formas de violencia circulan en la sociedad y en la escuela. Pero en las escuelas de hoy, la violencia no es patrimonio exclusivo de las figuras que detentan la autoridad. Puede ser ejercida por los docentes y también por los alumnos. Hablar de violencia es hablar del ejercicio directo de la fuerza. La violencia es la forma extrema o última del ejercicio del poder, implica imposición (no consentimiento) y unilateralidad, ya que proviene de un solo lado. Lo que busco con esta sencilla explicaciones diferenciar violencia de poder. Obviamente, no hay educación sin ejercicio del poder, pero puede haber educación sin recurrir a la violencia. Es más, la educación se nos presenta como un ejercicio no violento del poder influenciar a otras personas: de los mayores a los menores, de los maestros a los alumnos. Pero la violencia y la imposición directa siempre acechan a la tarea educativa. La violencia escolar no es de estos tiempos que corren, bastaría recordar algunos acontecimientos que forman parte significativa de la historia de la educación: una "cariñosa" cachetada o un pellizcón de la maestra, son dos ejemplos de las tantas formas de violencia corporal a las que fueron sometidos niños en diferentes épocas. Pero también existe otro tipo de violencia que no es corporal, por ejemplo el encierro o las mil copias de una frase reparadora. Como vemos, no es necesario que exista un contacto físico directo para que hablemos de relaciones de violencia: es violenta toda acción de imposición ejercida con medios no proporcionales y que tienden a quebrar la voluntad de aquél sobre laque se ejerce. La cultura de la violencia es un síntoma: algo que muestra o evidencia carencias, disfunciones, malestares. La violencia o los estallidos muchas veces están mostrando la ausencia de alternativas o de canales institucionales para la resolución de los conflictos. Muchas veces, la violencia estalla en la escuela porque un individuo o un grupo no se sienten interpretados, tenidos en cuenta, porque se les niegan vías de expresión o se les cierran caminos de desarrollo. En otras ocasiones, se debe a la falta de adecuación a las normas, a la ineficacia de los mecanismos de control, a la imposición de criterios autoritarios vaciados de autoridad real o a la ausencia total de estímulos o razones para que las personas actúen, se esfuercen o trabajen.

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