domingo, 26 de diciembre de 2010

Democracia: Tema Para La Reflexión

Por Domingo N. Cánepa
Según el catedrático Mariano Muracciole, ha observado que muchas organizaciones comunitarias, agrupaciones de distintas áreas y sectores, padecen de aquello a lo que se dedican o profesan. La psicología institucional habla de nuevas metodologías, la importancia de la horizontalidad tiene un sistema propio verticalista y burocrático.
La psicología educacional que habla de nuevas pedagogías sufre de didácticas pobres y poco elaboradas.
 A las organizaciones de recursos humanos que actúan en muchas empresas, les falta habilidades de gestión, también sucede con los programas sociales que se entienden con un propósito de contener a los mas afectados, muestras faltas de tolerancias.
El profesor Sinay, se suma a estos comentarios y agrega otros ejemplos como las declaraciones de guerra en nombre de la paz, las múltiples formas de destrucción de la naturaleza en nombre del bienestar general.
El gran historiador y filósofo italiano Carlos Cipolla, va mucho más allá y agrega que tienen mucha importancia y es un serio peligro la estupidez y el egoísmo humano.
Según Cipolla, la estupidez es independiente a otras características humanas, por lo tanto puede ser aquel torpe, duro para razonar, fronterizo o también aquel intelectual con un ego exaltado. Puede parecer algo sin importancia, pero es trabajo de un lúcido y profundo observador del comportamiento humano.
A veces se trata de personas que tratan de reparar ciertos aspectos personales y necesitan convencer que son los mejores, arrastran a sus seguidores sin pedir nada a cambio, solamente eso, satisfacer su estupidez que muchas veces los perjudica juntamente con el grupo al que representan.
Las organizaciones son inherentes a la vida humana, por eso cuando se constituyen estas agrupaciones, es muy difícil observar las conductas individuales , sin embargo el profesor y pensador español José Antonio Marina, ha explorado esta cuestión y prefiere hablar de la inteligencia fracasada, cuando ésta es incapaz de ajustarse a la realidad, existen personas que aún terminado su mandato en comisiones o agrupaciones comunitarias quieren continuar, argumentando que no hay participación, los mismos que están en primera fila para cortar la cinta de inauguración, el que cree que en las esquinas el peatón debe cederles el paso.
Habría que observar, antes que sus nombres y sus declaraciones, cual es el propósito, la visión orientadora y la manifestación real de sus valores.
La inteligencia de una persona, o de una institución, no debe confundirse con su círculo, con los títulos que ostenta, sino  con los recursos humanos de sus integrantes, capaces de resoluciones creativas y participativas e integradoras de la comunidad.
Marina dice que, "El uso público de la inteligencia privada, es lo que aumenta el capital intelectual de una comunidad".
Somos parte de un todo, el reconocimiento del otro es lo que le da valor y eficacia a aquello que realizamos en las organizaciones, sin olvidar que nadie vive ni sobrevive solo y sin propósito.

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