Con este título presentaba este ensayo en la feria del libro, de la Capital Federal hace doce años. El prólogo del mismo es el siguiente:
Quizá la diferencia generacional con ondas situaciones conflictivas donde no deja lugar a dudas y marca a través del tiempo las distintas etapas de la vida, fue lo que impulsó a escribir este libro.
Sin dejar de reconocer mis limitaciones, pero con la firme convicción de que en algún momento hay que decir lo que pensamos, todo aquello que seguramente mucho de nosotros por distintas circunstancias no pudimos revelar en su momento.
Es indudable que el paso del tiempo va condicionando nuestra existencia, lo que vale decir que debemos aprovechar ésta última reflexionando y tratando de ser útiles a los demás, para eso es necesario buscar en nuestra experiencia todo aquello que pueda ser aplicable a los tiempos actuales, sin soberbia, reconociendo nuestros errores, con humildad y sentido común.
Más allá de la satisfacción de poder escribir este libro, ésta profunda emoción que siento en dejarles a mi esposa, hijos y nietos, (ahora también bisnietos), algo distinto a lo que hice por ellos durante toda mi vida, procurando servir a la sociedad y especialmente a mi comunidad, desarrollando un tema que solamente puede ser expuesto con la verdad, coherencia y honestidad, exponiendo ejemplos claros y cotidianos, profundizando una nueva filosofía existencial que no se puede negar, tomando como base el respeto al prójimo, convencido que la integración de la humanidad nos concierne a todos.
Del grado de adaptación a la evolución del Universo dependerá el futuro, ésto es indiscutible y no podemos ignorarlo, el desarrollo de los pueblos debe ser consensuado por la gente y para la gente.
Cada uno de nosotros vive una instancia histórica que nos coloca en una situación de privilegio si sabemos aprovechar el momento en conjunto como sociedad, solo así tendremos la fuerza necesaria para construir algo para nuestros jóvenes, los que a diferencia nuestra no pueden esperar el tiempo que llevamos nosotros para madurar, solamente podemos indicarles el camino de la verdad, el trabajo, la honestidad y la perseverancia.
No puedo decir que he sido reconocido, pero si agradezco a quienes aceptaron publicar mis distintos artículos en diarios nacionales y regionales , los más de cuatro mil ciberlectores que solicitaron por la Web en la República Argentina, República Dominicana, Colombia, España y México.
Tal vez puede ser acreedor de aquella frase sabia que dice: …NO VIVIÓ INUTILMENTE AQUEL QUE PLANTO UN ARBOL, TUVO HIJOS Y ESCRIBIO UN LIBRO.
Muchas Gracias.
Quizá la diferencia generacional con ondas situaciones conflictivas donde no deja lugar a dudas y marca a través del tiempo las distintas etapas de la vida, fue lo que impulsó a escribir este libro.
Sin dejar de reconocer mis limitaciones, pero con la firme convicción de que en algún momento hay que decir lo que pensamos, todo aquello que seguramente mucho de nosotros por distintas circunstancias no pudimos revelar en su momento.
Es indudable que el paso del tiempo va condicionando nuestra existencia, lo que vale decir que debemos aprovechar ésta última reflexionando y tratando de ser útiles a los demás, para eso es necesario buscar en nuestra experiencia todo aquello que pueda ser aplicable a los tiempos actuales, sin soberbia, reconociendo nuestros errores, con humildad y sentido común.
Más allá de la satisfacción de poder escribir este libro, ésta profunda emoción que siento en dejarles a mi esposa, hijos y nietos, (ahora también bisnietos), algo distinto a lo que hice por ellos durante toda mi vida, procurando servir a la sociedad y especialmente a mi comunidad, desarrollando un tema que solamente puede ser expuesto con la verdad, coherencia y honestidad, exponiendo ejemplos claros y cotidianos, profundizando una nueva filosofía existencial que no se puede negar, tomando como base el respeto al prójimo, convencido que la integración de la humanidad nos concierne a todos.
Del grado de adaptación a la evolución del Universo dependerá el futuro, ésto es indiscutible y no podemos ignorarlo, el desarrollo de los pueblos debe ser consensuado por la gente y para la gente.
Cada uno de nosotros vive una instancia histórica que nos coloca en una situación de privilegio si sabemos aprovechar el momento en conjunto como sociedad, solo así tendremos la fuerza necesaria para construir algo para nuestros jóvenes, los que a diferencia nuestra no pueden esperar el tiempo que llevamos nosotros para madurar, solamente podemos indicarles el camino de la verdad, el trabajo, la honestidad y la perseverancia.
No puedo decir que he sido reconocido, pero si agradezco a quienes aceptaron publicar mis distintos artículos en diarios nacionales y regionales , los más de cuatro mil ciberlectores que solicitaron por la Web en la República Argentina, República Dominicana, Colombia, España y México.
Tal vez puede ser acreedor de aquella frase sabia que dice: …NO VIVIÓ INUTILMENTE AQUEL QUE PLANTO UN ARBOL, TUVO HIJOS Y ESCRIBIO UN LIBRO.
Muchas Gracias.
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